Todo cambió ese verano by Elena Peña Bilbao

Todo cambió ese verano by Elena Peña Bilbao

autor:Elena Peña Bilbao [Peña Bilbao, Elena]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico, Otros
editor: ePubLibre
publicado: 2024-04-10T00:00:00+00:00


* * *

Horas más tarde Sara se despertó desorientada. Le picaban los ojos y los sentía hinchados del llanto. En el estómago tenía un dolor que podía ser la ansiedad somatizada que tan bien conocía o cualquiera de los excesos del día anterior. Se levantó como pudo y se dirigió al salón donde estaban sus padres frente a la televisión. En cuanto la vieron aparecer, se levantaron.

—¿Cómo te encuentras? —le preguntó Cecilia acercándose a ella.

Se sentía avergonzada, triste, asustada, desorientada… pero contestó:

—Mejor. Gracias.

—Tienes un poco de pan y algo de embutido sobre la mesa. Te sentará bien al estómago.

Asintió y fue a sentarse. Cogió un trozo de pan y empezó a comerlo a pequeños pedacitos. Pedro se acercó a ella y fue a hacerle una caricia en el rostro, pero la pilló tan desprevenida que se apartó. Los dos se quedaron desconcertados por aquella mala reacción y su padre se alejó cabizbajo. Sara lamentó haber actuado así porque quería la caricia, la necesitaba.

—Hemos estado pensando, hija, y bueno… Cecilia me ha contado que has tenido algún que otro episodio de estos durante los años que yo… mientras vivías en Madrid… creemos que estaría bien que vieras a alguien —⁠empezó a decir Pedro, parecía que estaba pisando un campo de minas porque así era.

Sara, en cuanto supo de qué quería hablarle, se puso a la defensiva.

—Ahora no, no quiero escucharos —⁠contestó negando con la cabeza.

—Nunca quieres escucharnos, pero no estás bien… —⁠dijo Cecilia.

—No voy a ir a ningún psicólogo.

—Yo he ido, hija, no es nada malo, te vendría bien para controlar… —⁠comenzó su padre cuando Sara le interrumpió.

—¡He dicho que no!

Pedro y Cecilia se miraron y ella asintió tendiéndole el teléfono móvil.

—Mira, esta mujer se llama Carlota, es muy buena… —⁠Le enseñó una página web de una psicóloga, era en tonos verdosos y transmitía tranquilidad.

Sara no quiso ver más, pero entonces la foto de la mujer la dejó sin aliento porque era la misma con quien vio a Pedro días atrás.

—¡No pienso ir a ver a tu amante por mucho que sea psicóloga! —⁠le dijo a su padre apartando el móvil con desprecio.

—¿Qué estás diciendo, Sara? —⁠preguntó él genuinamente sorprendido.

Ya no había vuelta atrás, algo dentro de ella se precipitaba al exterior. Iba a terminar aquella conversación de la peor manera posible y era incapaz de controlarlo.

—¡Te he visto con esa mujer!

Fue entonces cuando Cecilia se levantó anonadada del sillón donde hasta ahora había sido mero testigo.

—¿Qué quieres decir? —preguntó nerviosa y se volvió hacia él.

Pedro las observaba confuso y enseguida negó con la cabeza.

—¿No ves que nos quiere liar para desviar la atención? Está echando balones fuera.

—¡Os vi tomando un café el otro día en la ciudad cuando íbamos a recoger a Carlos! ¡Y no estabais en una consulta, estabais riendo!

—¿Otra vez la estás viendo? —⁠preguntó su madre alarmada.

—No, no, simplemente nos encontramos y tomamos un café, nada más.

Sara les veía hablar sin hacer caso de sus acusaciones como si se tratara de una película en otro idioma y sin subtítulos.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.